MARQUÉS DE MURRIETA 2019

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La nueva cara del Marqués de Murrieta Reserva de siempre. Un tinto que sigue estando catalogado como Reserva, pero que desde ahora pone el énfasis en el nombre de la bodega. Su añada 2019 supone un nuevo paso adelante en la historia de este mito de Rioja. Expresivo, fluido y sedoso, es un clásico adaptado a los nuevos tiempos. La directora técnica de la bodega María Vargas destaca en esta cosecha 2019 (calificada como Excelente por el Consejo Regulador) su "excepcional madurez e impecable textura".

Bodega: Marqués de Murrieta.

Zona: Rioja Alta, Rioja.

Variedad: 87% Tempranillo, 6% Graciano,5% Mazuelo, 2% Garnacha. Crianza de cada variedad por separado durante 24 meses en barricas de roble americano de 225 litros. Ensamblaje final en depósitos de hormigón de 15.000 litros.

Color: cereza intenso.

Aroma: expresiva nariz con múltiples capas de fruta roja; fresa, cereza y ciruela roja, notas de pimienta negra, sándalo, hierbas mediterráneas, té rojo y toques de sutil crianza.

Boca: taninos sedosos enmarcan un sabroso y fresco paso de boca y anticipan un elegante final. Una añada excelente que nos ha regalado un Marqués de Murrieta amplio, definido e intensamente frutal.

La historia de Marqués de Murrieta arranca a mediados del siglo XIX, cuando Luciano Murrieta y García-Lemoine, Marqués de Murrieta, decidió convertir el vino riojano en un vino noble.

Vicente Cebrián Sagarriga, conde de Creixell, adquirió la bodega en 1983 y se convirtió en el principal artífice de que traspasara fronteras, consolidando la presencia de sus vinos en el mercado internacional.

En la actualidad es la segunda generación, representada en Vicente Dalmau Cebrián-Sagarriga y su hermana Cristina Cebrián-Sagarriga, la responsable de capitanear esta bodega que no solo se ha mantenido en la cima vitivinícola a lo largo de toda su andadura sino que también se ha convertido en todo un referente dentro y fuera de nuestras fronteras.

La clave de la calidad y el estilo de los vinos de Marqués de Murrieta residen en su Finca Ygay. 300 hectáreas de viñedos propios autocontrolados e integrados alrededor de la bodega, en el sur de la subzona vinícola Rioja Alta, a pocos kilómetros de la capital de la región, Logroño.

La finca Ygay disfruta de un clima principalmente continental, atemperado al norte por la Sierra de Cantabria. Las distintas altitudes, edades y exposiciones del viñedo le permiten ofrecer una diversidad que se hace patente en las seis variedades de uva que cultiva, cinco de ellas tintas: Tempranillo, Garnacha, Mazuelo, Graciano, Cabernet sauvignon y la última de ellas, la variedad blanca Viura.

Después de ocho años de rehabilitación, en el que el edificio del Castillo de Ygay fue reconstruido de forma manual, piedra a piedra, en octubre de 2014 el rey Juan Carlos I inauguró el nuevo Castillo de Ygay, sede del primer proyecto de vinos de calidad en La Rioja.

Otro de los grandes hitos recientes de Marqués de Murrieta fue la obtención en 2016 de los míticos 100 puntos Parker para uno de sus vinos, concretamente para el Castillo Ygay Blanco Gran Reserva Especial de la añada 1986, un hecho que puso de manifiesto que la D.O.Ca. Rioja no solo es una excelente región para la elaboración de vinos tintos, sino también para obtener de ella vinos blancos de primer nivel mundial.

Igualmente, a finales de 2020 la prestigiosa publicación estadounidense Wine Spectator reconoció al tinto Castillo Ygay Gran Reserva Especial 2010 como el mejor vino del mundo, un logro que llegó después de que esa misma añada obtuviera los 100 puntos por parte de la revista alemana Falstaff.